La ya clásica película Ratatouille dejó en los espectadores de todas las edades una frase que muchos padres quisieran que sus hijos adolescentes (y parejas con poca iniciativa) llevaran a la práctica: “Cualquiera puede cocinar”. De la misma forma, en este país, por distintos motivos, se suele creer que para diseñar o remodelar una casa basta un poco de sentido común, así como saberes mínimos de aritmética, forma y proporción. En este panorama, y con tal espíritu pintorescamente autogestivo, no es raro que se prescinda de los arquitectos para ahorrarse un dinerito, porque, en la proyección arquitectónica como en la cocina, cualquiera puede, ¿o no?
Nada más alejado de la sana realidad: los arquitectos son imprescindibles para diseñar, construir, gestionar… ¿y será que también para encabezar empresas de desarrollo inmobiliario? ¿Es una arquitecta o un arquitecto el ser humano idóneo para esta labor tan especializada? ¿O, quizás, “cualquiera puede ejercer el desarrollo inmobiliario”, tenga o no conocimientos arquitectónicos?
¿Qué hace un arquitecto?
De acuerdo con Wikipedia, el arquitecto o la arquitecta es el o la profesional que “se encarga de proyectar, diseñar, dirigir la construcción y el mantenimiento de edificios, urbanizaciones, ciudades y estructuras de diverso tipo”. Enseguida señala el artículo que “practicar la arquitectura significa proporcionar servicios relacionados con el diseño de edificios y el espacio urbano dentro del contexto que rodea la edificación, que tienen a la ocupación o el uso humano como su propósito principal.”
Aún mejor para entender el ejercicio de la arquitectura es asomarnos a quienes se han dedicado a ella. Para Carmen Pinós, arquitecta catalana, “la arquitectura construye paisaje o construye ciudad: no es una escultura”; para John Pawson, arquitecto británico, “el objetivo de la arquitectura es hallar la mejor manera de repartir el espacio para que la gente se sienta bien en él”; de acuerdo con Michel Rojkind, vanguardista figura mexicana, “la arquitectura es un componente más para producir cambios relevantes en la sociedad”.
No estamos hablando, entonces, de una profesión menor, sino de una labor relevante para cualquier persona civilizada. Es, en pocas palabras, una vocación versátil, compleja e imprescindible para el bienestar social que exige una visión global de la forma, el espacio y las necesidades humanas.
¿Qué puede aportar el arquitecto al desarrollo inmobiliario?
Ahora bien, en el ámbito del desarrollo inmobiliario el perfil del arquitecto no sólo es útil sino, más que eso, deseable. Un arquitecto tiene una perspectiva única y valiosa cuando se trata del desarrollo inmobiliario, ¿pero hasta qué punto? Veamos qué funciones del desarrollador inmobiliario (tema de nuestro artículo anterior) puede cumplir un profesional de la arquitectura, y en qué medida:
Funciones del desarrollador inmobiliario | Idoneidad de un profesional de la arquitectura | ||
Baja | Media | Alta | |
Identifica, evalúa y anticipa las tendencias del mercado de los bienes raíces. | * | ||
Lidera investigaciones que buscan detectar oportunidades y riesgos. | * | ||
Analiza la demanda, la oferta y la competencia en su nicho. | * | ||
Gestiona planes financieros. | * | ||
Encuentra inversionistas, contratistas y proveedores idóneos. | * | ||
Obtiene permisos de construcción. | * | ||
Maneja y optimiza el presupuesto. | * | ||
Coordina equipos multidisciplinarios. | * | ||
Toma decisiones, tanto financieras como operativas. | * | ||
Pone en marcha modelos de negocio innovadores. | * |
Como puede apreciarse en la tabla, un arquitecto o arquitecta es capaz de desempeñar seis de las diez funciones básicas del desarrollador inmobiliario, pues son elementos esenciales de su educación superior; para tres de ellas tiene un perfil medianamente todo idóneo y sólo hay dos en las que su idoneidad es baja. Estos dos rubros están vinculados a destrezas financieras, que no suelen ser parte central en la currícula de las carreras de arquitectura.
Un arquitecto o una arquitectura, entonces, tiene todo a favor para brillar en el desarrollo inmobiliario: su experiencia en diseño, conocimiento de las normativas y comprensión de la funcionalidad de los espacios le permitirá desempeñar un papel integral en la planificación y ejecución de proyectos inmobiliarios exitosos. Asimismo, puede utilizar su creatividad y sensibilidad estética para desarrollar proyectos que se destaquen en el mercado. Por si fuera poco, está capacitado/capacitada para fusionar la belleza con la funcionalidad para crear edificaciones únicas, que atraigan a los compradores y aumenten su valor a largo plazo.
En pocas y rimadas palabras, si es arquitecto el desarrollador, ¡qué mejor! Sin embargo, necesita complementar su formación con posgrados, cursos, lecturas y otras experiencias que lo ayuden a conocer a fondo las dinámicas económicas, los sutiles entramados del mercado de los bienes raíces y las reglas del juego en el tablero de las finanzas. Debe, pues, fortalecer su habilidad para gestionar, administrar y multiplicar el dinero.
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