Dentro de la pila de pretextos que nos inventamos para posponer la crucial decisión de invertir, uno de los más comunes se relaciona con el temor: ¿y pierdo todo mi dinero?, ¿y si no gano lo que espero?, ¿Qué tal si me engañan, si me chamaquean por falta de destreza y conocimiento financiero? El miedo nos amarra, como en otros ámbitos de nuestra vida… pero esa es otra historia. De algo podemos estar seguros: el argumento que se esgrima con mayor frecuencia (al menos en la mitad de las ocasiones) es la falta de capital: “Ni que tuviera tanto dinero, las inversiones son para los magnates”. Usamos este mito como caballo de batalla y nos alejamos así de estupendas oportunidades, porque nos hemos creído el cuento de que sólo la riqueza genera riqueza. El mundo de las inversiones, lo veremos enseguida, es más ancho y democrático de lo que la mayoría piensa.
Efectivamente, uno de los mecanismos más eficientes para construir un patrimonio sólido es la inversión, en cualquiera de sus modalidades, y las personas más acaudaladas suelen recurrir a él para engordar sus fortunas: por decirlo en palabras simples, compran barato un día y venden caro años después. Por suerte existen en el mercado nacional opciones para hacer crecer el dinero sin que haga falta poner de por medio una alforja de monedas de oro. Como veremos a continuación, basta contar con un monto modesto (el equivalente a unos meses del salario del profesionista mexicano promedio) para participar en esquemas de inversión atractivos, seguros y, en mayor o menor medida, redituables a mediano y largo plazo.
Ahora bien, ¿a cuánto asciende el salario promedio en México? ¿De verdad un trabajador común y corriente está en condiciones de invertir sin riesgo de quedarse en calzones? Tomemos como referencia la ciudad de Guadalajara, donde según el sitio Propiedades.com (citado por Expansión.mx) la paga mensual es de 13,800 pesos al mes (datos de 2022). Esto quiere decir que el ingreso anual promedio de un profesionista tapatío es de 165,600 pesos. Entonces, si un trabajador, atendiendo el consejo bíblico, ha guardado el 10% de su ingreso “para la vejez” y no ha dilapidado todos sus aguinaldos e ingresos extra, podemos esperar que al cabo de cinco años ya cuente con al menos 100,000 pesos para invertir… ¿pero quién, que no sea un estafador de poca monta, se interesará en una participación así de “pequeña”? A continuación te lo explicamos.
¿Cómo y dónde invertir 100,000 pesos?
Ese guardadito, en vez de gastarlo en gadgets de última generación que ni necesitas o en un viaje relámpago al extranjero, puedes invertirlo en Cetes, Bondes, acciones, metales o fondos de inversión. Entre los factores que debes considerar para decidirte por uno u otro está el plazo, el rendimiento que ofrece y el riesgo que representa:
| Instrumento de inversión | Descripción general | Monto mínimo | Rendimientos | Riesgo |
| Cetes (Certificados de la Tesorería de la Federación) | Inversión en bonos emitidos por el gobierno federal. Plazos de 28, 91, 182 y 364 días. | Desde 100 pesos | Bajos | Bajo |
| Bondes (Bonos de Desarrollo) | Emitidos por el gobierno, pagan intereses cada 28 o 91 días. | Desde 100 pesos | Bajos (se miden como los Cetes) | Bajo |
| Acciones | Empresas que cotizan en la Bolsa y buscan capital a través de este instrumento. Se trata de vender o comprar acciones en busca de ganancias, a través de intermediarios (inversionistas o fondos de inversión) | Variable | Variable | Variable |
| Metales | Consiste en comprar metales preciosos, como el oro, con la intención de que ganen valor con el tiempo. | Variable | Medio | Bajo |
| Fondos de inversión | Consiste en comprar metales preciosos, como el oro, con la intención de que ganen valor con el tiempo. | Variable | Variable | Variable |
Desarrollo inmobiliario, la inversión más rentable y segura
Dentro del mercado inmobiliario existen opciones muy atractivas, respaldadas por la proverbial confiabilidad de los bienes raíces, que se distinguen de las mencionadas arriba, que son las clásicas, incluso si se trata de inversiones “de bolsillo”. Tres de esas opciones son el pool de rentas, el fondo de inversión y la aportación de terreno. En la primera de ellas se trata de comprar entre varias personas una propiedad, ponerla en renta y otorgar beneficios equitativos a todos los participantes. Es un vehículo de inversión que ha ganado cierta popularidad en las grandes ciudades y en destinos turísticos, principalmente.
En los otros dos esquemas, el fondo de inversión y la aportación de terreno, somos expertos aquí en We City. Es muy sencillo: gestionamos para ti réditos hasta tres veces mayores que en otros productos financieros y respaldamos tu inversión acompañando operativamente los desarrollos, los evaluamos y les damos puntual seguimiento. El plazo de inversión, de 12 meses, puede renovarse automáticamente. El monto mínimo es de 100,000 pesos mexicanos y puedes participar con hasta 5 millones de pesos.
En el caso de la aportación de terreno, se trata simplemente de que cedas tu terreno para que nosotros construyamos en él un desarrollo idóneo. A cambio recibirás de inmediato el 30% del valor de tu terreno. Terminado el proyecto, lo comercializaremos y ambas partes obtendremos al final (es decir, al cabo de dos o tres años) beneficios considerablemente mayores a los de una compraventa tradicional.
Acércate a We City, contáctanos con toda confianza: haremos crecer esos 100,000 pesos a tal grado que te garantizamos que querrás seguir invirtiendo con nosotros, una y otra vez.
