¿Cómo enfrentar el riesgo de inversión en bienes raíces?

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Todo arte tiene su técnica, sus usos y sus mañas. De la misma forma, el arte de invertir en desarrollos inmobiliarios sin desfallecer en el intento exige algunos conocimientos básicos para evitar al máximo arriesgar a lo bestia nuestro capital, para cuidarnos del fantasma de las pérdidas. A continuación explicamos qué es el riesgo, cuántos tipos de riesgo hay y qué maneras eficaces existen para hacerle frente con sensatez en bienes raíces, sin que ello implique embolarse demasiado. Cuando termines de leer este artículo no serás un experto, pero sí un ciudadano provisto de las herramientas básicas para invertir con una mezcla razonable de audacia y mesura.

¿Qué es el riesgo?

Toda aventura lleva implícita una palabrita que cuando se trata de dinero nos puede hacer temblar: riesgo. En el ámbito financiero, entendemos que el riesgo es la posibilidad de un evento adverso, ocasionado por diversos factores, que implique la disminución de los rentabilidad o la pérdida parcial o total del capital invertido. 

Según la página de BBVA, existen tres tipos de riesgo: el riesgo de crédito, que ocurre cuando una de las partes no cumple con sus obligaciones de pago; el riesgo de liquidez, que se produce cuando una de las partes posee activos pero no la liquidez para enfrentar sus obligaciones; y el riesgo de mercado, que se relaciona con las eventualidades y cambios propios del sistema financiero: dos ejemplos son el riesgo de cambio y el riesgo de la tasa de interés.

Cómo minimizar los riesgos en bienes raíces: cuatro claves

Hay una ruta no infalible pero sí bastante confiable para identificar los riesgos aparejados a las inversiones en bienes raíces, que pueden permitirte depositar tu capital en tal o cual proyecto con la mayor tranquilidad posible. Dichas claves se relacionan directamente con algunas variables de inversión:

1. Considera la ubicación

Sea para adquirir un inmueble, participar en un fondo de inversión o alquilar una propiedad, valorar su ubicación resulta fundamental para asegurarte de que has tomado la decisión correcta. A pesar de las altas y bajas (que son inevitables en este mercado), la ubicación suele ser el factor más importante. Por ello, es recomendable que busques toda la información que puedas sobre la zona en que se enclava la propiedad en la que pretendes invertir para cerciorarte de que se trata, por ejemplo, de un sector en ascenso o en crecimiento, y no uno en crisis o franca decadencia.

2. Revisa las características del inmueble

Cuando se trata de un inmueble viejo, esto es fundamental: si adquieres una vivienda a bajo costo pero en malas condiciones, es seguro que al final la ganga te salga cara por todo el dinero que deberás invertir en acondicionarla. Si se trata de una propiedad de primer uso (por ejemplo, en preventa), esto no debe preocuparte, pero sí las llamadas amenidades que contribuyen a incrementar la plusvalía: servicios disponibles, estacionamiento, áreas verdes, gimnasio y algunos extras que cada vez son más apreciados en el mercado.

3. Asegúrate de que el proyecto o inmueble es administrado por especialistas

Este factor suele pasar desapercibido, sin embargo resulta fundamental: una propiedad mal administrada o un proyecto gestionado con torpeza o poco profesionalismo está destinado, tarde o temprano, al fracaso, lo que implica que tu inversión no rinda los frutos esperados. Así las cosas, investiga a los que te ofrecen participar o te están ofreciendo una propiedad; si tienen varios proyectos en su haber, varios años de trayectoria y encuentras buenas referencias de ellos, lo más probable es que sean de profesionales de fiar.

4. Conoce las tendencias del mercado inmobiliario

No todos los tipos de propiedad son igual de atractivos en determinadas épocas. Por ejemplo, ahora es un gran momento para invertir en departamentos de corta estancia en destinos de playa o en bodegas en ciudades medias en pleno crecimiento, en cambio no lo es tanto para hacerlo en viviendas unifamiliares en grandes urbes. Revisa las tendencias, lee medios especializados y, si te es posible, consulta con alguien de tu confianza que esté involucrado en el mercado inmobiliario. Filtra tu decisión no al calor del momento, sino con visión de futuro: pregúntate cuánto puede llegar a valer tu propiedad en tres, diez o quince años.

Acércate a nosotros: en We City dominamos el arte de invertir en bienes raíces con el menor riesgo posible.

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